viernes, 18 de noviembre de 2011

El loco del tren a Roncesvalles

El pasado puente de Octubre, viajaba en el tren que va de Valencia a Roncesvalles, cuando de pronto, un señor mayor con barbas blancas, boina negra y traje viejo apareció en nuestro vagón, se dirigía a cada viajero gritando: ¡Ésta es mi palabra y se la vendo para comer!. En sus manos portaba cientos de folios mugrientos, grapados por temas, que nadie compraba (todos comentaban: este tío está como una cabra). Cuando llegó a mi altura le dije si podía ojearlos- siempre he sido un mojetero- y por diez euros compré sus palabras, un tema que especialmente me interesó, aunque de lo que me dio tiempo a leer casi ninguno tenía desperdicio , y ahora  que son mías, se  las transcribo:
“Uno cuando oye por primera vez la palabra Sinergia, al menos  a mi me ocurrió, se ve en la obligación de ir directamente al diccionario  con la intención de conocer su significado. Curiosamente suele ocurrir que muchas de las cosas que se dan a diario en nuestras vidas tienen nombres poco comunes. Resaltar la importancia que tiene esta palabra- o mejor su acción- en nuestras vidas  y en nuestra historia es el fin que me propongo al escribir estas líneas. Espero conseguirlo.
La primera sinergia que se produce en todo ser es ésta: a todos nos da la vida otro u otros seres semejantes. Las personas, en especial, llegamos a la vida por la interacción de dos seres humanos. Ninguno de los dos sería capaz de dar vida sin el otro o parte de él: nos necesitamos. Y creo poder anticipar que siempre seguirá siendo así: dependeremos de otros de una forma u otra. La dimensión social es esencial a nuestra naturaleza.
Si aprehendiéramos la importancia y el alcance de estas afirmaciones, probablemente, las relaciones entre personas, países o civilizaciones, funcionarían mejor, al menos serían más cordiales y por supuesto menos destructivas. Solemos creer que nuestra familia, nuestros amigos y nuestro  entorno más cercano, todo lo más lejos, nuestro pueblo o ciudad, región o país y en ese orden, es lo único que importa. Y no es así. Aunque en cierto modo no vamos mal encaminados. Una persona es tan pequeña comparándola con todos los seres humanos de la tierra. Quizá solo seamos capaces de poder relacionarnos suficientemente bien con un pequeño grupo de personas. Aceptar que somos seres limitados nos ayudará a entender.
Por otra parte- luego intentaré generar la conexión- está el interés. Nadie hace nada sin esta denostada palabra y curiosamente casi siempre se niega. ¿Quién se atreve a decirle a sus hijos o a su pareja o a sus amigos que es el interés el que los une? Menudo pecado. El interés es “provecho, utilidad o valor que en sí tiene una persona o cosa”. Y todo… todo, lo hacemos por interés. No hay duda alguna.
Busquemos la relación entre estas dos ideas: la necesidad de los demás y el interés a través del concepto de Trueque, tan antiguo como la raza humana. Se define como el “intercambio de bienes o servicios sin mediar la intervención de dinero”. Pero, ¿cómo cambiar un bien o un servicio o un sentimiento por otro si no conocemos su valor? Como dice una gran amiga mía: sin darnos cuenta-o dándonos- podemos estar cambiando cromos buenos por cromos repetidos o al revés. ¿Lo habían pensado?
Imagine que usted da amor sano por frialdad y falta de consideración. O que usted trabaja como un mulo por un plato de comida y un camastro. O que usted se ocupa de todos pero de usted no se ocupa nadie. Piense, pensemos por qué nos quieren en nuestro entorno más cercano. Ni se le ocurra pensar en el trueque ni en el interés ni en la necesidad. Si lo hace, solo encontrará respuestas que no entenderá. Es mejor que siga mintiéndose, se vive mejor. Jajaja, jajaja,jajaja,jajaja. Ríanse de la realidad.
Bien, cada uno que piense lo que quiera. Les diré lo que pienso yo. Si aceptamos que todo se hace por interés, que todos nos necesitamos de alguna manera y que en la vida casi todo es un trueque, solo podemos llegar a una conclusión que reduciremos a un concepto: Sinergia.
Para terminar pues, solo nos queda definir la susodicha palabreja. Sinergia: “ acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales”. Paren de buscar, políticos, filósofos, psicólogos, intelectuales…paren ya. El sentido de la vida del hombre es la Sinergia. Busquen y rebusquen, piensen, lean, reflexionen, hagan experimentos, suban a la luna, descifren los árboles genéticos o las células madre… siempre…siempre llegaran al mismo sitio: Sinergia”.
(No entendí, ni entiendo por qué escribió cinco veces sinergia en negrita, cuatro veces interés y dos veces trueque. De lo que estoy seguro es que con ello algo quiso decir…)
Aten cabos si les apetece.

Octubre 2007

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