viernes, 18 de noviembre de 2011

Para el día de Reflexión

A veces amigos no se debe estar dispuesto a creer que las cosas no se pueden cambiar. Existe un espíritu casi irreconocible en el ser humano de adaptación al medio social y a sus estructuras más estandarizadas. Se tiende a imitar la estructura personal, familiar y social que en mayor grado está asimilada y por mayor número de personas, en lo que podemos nombrar como valores sociales: lo que está bien ó está mal, ó mejor, lo que vemos bien ó vemos mal, con respecto a como viven los demás. La bauticé hace algunos años como la Teoría de la Igualdad Comparativa.

Es práctica habitual calificar como raros a los que no cumplen los requisitos que hemos decidido como normales. Nos esforzamos mucho en hacer comprender a nuestros hijos, amigos, vecinos, conocidos... cuál es nuestra forma de pensar sobre cualquier tema que tenga que ver con la inalcanzable aceptación social.
¿A qué estilo de persona se respeta en la sociedad actual?
El personaje tipo y un buen candidato, debería cumplir los siguientes requisitos:
Varón ó hembra a ser posible de raza blanca, de orígenes cualesquiera, pero sin excesivas manchas en la familia(porque no vayan a olvidar que sus actos pasarán a otra generación, sobre todo si son socialmente inaceptables),con una infancia normal(pero tampoco olviden que hay algunas actividades infantiles muy reprobables),preferentemente con estudios universitarios ó en su defecto un trabajo bien remunerado y fijo, en todo caso con éxito económico. Socialmente comprometidos(pero cuidado en algo que esté bien visto y que no haya que enfrentarse a nadie),alegres pero no excesivamente juerguistas, preferentemente con pareja estable y a ser posible bien casado y con claras intenciones de procrear y darse en vida a sus hijos, es decir, capaces de transmitir a las próximas generaciones este mismo mensaje: lo considerado socialmente correcto. Capaz de decir, como dice Ernesto: en petite comité, que son demócratas y mucho mejor si son progresistas. Amigo de sus amigos, excepto para el dinero. Y muy quereores de la familia, excepto con el sujeto que siempre existe, con el que no tragan, que siempre suele ser el único capaz de estar en desacuerdo con sus ideas o su forma de vida.
Grandes conversadores, sobre todo, acerca de la vida de los demás. Colaboradores audaces de las leyes no escritas, esas que no existen, pero siempre están hay, para recordarnos que no somos ni siquiera perfectos.

Me pone malo lo convencional, no porque la semejanza no sea aconsejable para el desarrollo de la vida, sino porque la igualación nos conforma, nos hace seres nada creativos, carentes de evolución personal.
Evita la experimentación y evitarás el peligro. Lo que no se suele saber es que también evitas la propia esencia del aprendizaje y del desarrollo de la vida, es decir, te adaptarás , te hastiarás por dentro, exclusivamente porque es un pecado enfrentarse a la convencional. A ese código que nunca está escrito, repito, pero siempre, en la historia, ha hecho desgraciado a todo aquel que quiere salirse del círculo que marca su peligroso poder.
Lo convencional me pone malo. No porque no me considere normal, como todos, sino porque los demás puedan llegar a considerarnos como les de la gana, sin conocernos , sin saber quiénes somos ni qué nos motiva. Por  pura apariencia.
Hace poco una persona me preguntó, cuándo iba a sentar la cabeza-no se exactamente desde que criterio ni con qué intención-. En ese momento sonreí, recordé la misma pregunta hecha por mi madre hace muchos años, entonces, mi respuesta, fue hacer el pino encima de un sillón. Ahora, después de pensarlo bien ya sé la respuesta...es ésta: jamás-si significa lo que imagino-.
Cuando vayan a votar estas elecciones les pido que piensen en todo esto, sobre todo en quiénes creen ustedes que pueden, saben o quieren cambiar las cosas para crecer y mejorar nuestro pueblo, ahora bien les ruego no les exijan que sienten la cabeza, es la mejor manera de que nada evolucione, además de ser una muy incómoda postura para Vivir. Pídanles con el  voto que tomen riesgos y que sean creativos y que cuiden lo de todos. Pero cuando se equivoquen, tengamos una gran perspectiva humana, es la única vía para confiar los unos en los otros: respeto y consideración. Es mucho mejor equivocarse que no hacer nada.
Que ustedes voten con salud.

Mayo de 2007

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