domingo, 23 de octubre de 2011
Don Pío y el niño perdido
“No estoy donde digo y escribo desde el futuro. No miento."
Quisiera poder volar. Mirar el mundo desde muy arriba... tiene que mejorar mucho su conocimiento. Estoy seguro. Debe ser una gozada jugar con el viento y la gravedad. ¿Por qué no quieren jugar conmigo?
Tengo ochenta y dos años, el doble de los que creía que iba a vivir. Todos los días, desde entonces, me levanto con un sueño: soy un pájaro y miro el pueblo donde habito desde el cielo. Todo es distinto desde allí arriba. Puedo ver lo que hace cualquiera de mis vecinos sin que se enteren, escucho conversaciones, veo las grietas de los tejados y hasta alguna barbaridad... El sueño siempre acaba igual: me despierto, no soy un pájaro y me pongo a llorar.
No estoy loco, se lo aseguro, soy un viejo que según algunos no debería sentir esta intensa ilusión al final de mis días. Sé que puedo parecerlo, incluso estoy seguro, que alguno de ustedes lo estará pensando, y otros, que en verdad, soy un pájaro... pero no de los que vuelan. Les aseguro que no, les soy infinitamente sincero: no estoy loco y no soy un pájaro de esos.
Todo el mundo me llama Don Pío, al principio no me gustaba, sabía que se mofaban de mi al nombrarme. Pero después de tantos años-más de cuarenta- me lo tomo como un cariño que me hacen hasta los más impresentables. Siempre me he preguntado porqué me toman por un chiflado al desear ser un pájaro para poder volar.¿ Acaso cree la gente que sin ser pájaro voy a poder volar?. Ellos sí están completamente locos.
Quede claro que probé en avión, pero no es eso lo que quiero, ni siquiera se acerca a lo que necesito. Ni por un instante es comparable a las sensaciones de mis sueños. Necesito ser un pájaro y volar con mis propias alas, con mis propias fuerzas, con mis propios rumbos y planeos. ¿Tan difícil es de entender esto?
Algunos de mis parientes creen que estoy chalado, que soy obsesivo. No les entiendo, alguno de ellos llevan haciendo cuarenta años lo mismo todos los días y no lo consideran una obsesión. Yo ante esto, no digo ni pío...y el enfermo, soy yo.¿Ustedes entienden algo?. Yo no.
A veces, cuando no puedo más, me subo a la montaña cercana más alta y elevo los brazos, el viento o la brisa pasa por todo mi cuerpo; y por mis ojos, esas vistas espectaculares desde la cima. Solo así consigo alegrarme.
Hace unos días me encontré con un niño pequeño perdido en la montaña. Me acerqué a él y le pregunté: ¿Te has perdido?. Mi sorpresa fue cuando contestó que no. Le pregunté de nuevo: ¿Están tus padres por aquí cerca o has venido con alguien?. De nuevo me contestó que no. Y pensé: No entiendo nada. Entonces le dije: ¿Si no te has pedido que haces aquí en la cima de la montaña?. El niño me miró fijamente a los ojos y me preguntó:¿Es usted Don Pío?. Afirmé con la cabeza. Y entonces me dijo: Vengo a buscarle, me han dicho que usted vuela. Le contesté: No hijo, te han engañado, yo no vuelo, solamente deseo ser un pájaro y poder volar.
El niño volvió a preguntar: ¿Y por qué no puede usted volar?. Le dije que no podía volar porque era un hombre y los seres humanos no tienen alas y no pueden volar como los pájaros.
El niño volvió a preguntar: ¿Y por qué si es un hombre quiere ser un pájaro?
Me quedé pensando un instante y le contesté: verdad que quieres crecer y ser grande como tu papá – el niño afirmó- pues yo ya soy grande y ahora lo que deseo es ser pájaro para poder volar.
El niño sonrió, se puso cara al viento y levantó los brazos.
De pronto, comprendí, alcé los brazos que se convirtieron en alas y me puse a volar: Siempre fui... un pájaro entre personas”.
Desde entonces se cuenta una historia de un niño que vio convertirse a Don Pío en un pájaro y ya nunca más nadie lo volvió a ver. Solamente se dice que cada año, en ese mismo día, los pájaros no vuelan, solo caminan hacia la cima de la montaña y levantan sus alas al viento deseando, por un momento, con todas sus fuerzas ser... humanos. Luego sonríen con un grito de pájaro y vuelven a volar, deslizándose amablemente a favor del viento.
De aquel niño nada más se supo.
Julio 2007
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